Suicidio en Guanajuato

Desde hace ya ocho años, Laura Díaz Infante González ha librado una batalla con la Fiscalía General de Justicia de Guanajuato buscando demostrar que su esposo murió asesinado y no a causa de un suicidio como sostuvo el Ministerio Público estatal.

La familia, ha ganado tres amparos para que la investigación sea reabierta. Sin embargo, en los dos primeros la Fiscalía determinó la muerte como suicidio para finalmente quitarle a la esposa la calidad de víctima para que no pudiera seguir litigando el caso como afectada.

¿Qué sucedió?

Fue en 2015, el 19 de noviembre, cuando a Jorge González Topete, directivo de un banco en León, Guanajuato, lo encontraron sin vida en la habitación de un hotel.

En ese momento, la Fiscalía determinó la causa de muerte como suicidio al consumir raticida y pesticidas. Además autorizó que un sobrino pidiera la cremación inmediata del cadáver.

Laura, esposa de Jorge, asegura llevaban una vida feliz sin motivo para pensar que su esposo tuviera intención de suicidarse. Incluso, el fin de semana previo a su muerte regresaron de un viaje a Las Vegas.

“Yo veía a Jorge contento en la vida, que se me hacía muy raro un suicidio. Nunca faltó a la casa el día que murió (18 de agosto del 2015) me habló para decirme que iba a comer en la casa, pero no llegó y no contestó su WhatsApp; denuncié en la noche su desaparición, y al día siguiente me hablan para decirme que estaba muerto”, señaló Laura Díaz Infante.

Durante los primeros meses, Laura aceptó la versión dada por las autoridades. Sin embargo tres años más tarde, contrató a peritos externos con la intención de demostrar que su esposo fue asesinado y no cometió suicidio como señaló la Fiscalía de Guanajuato..

Conclusiones diferentes

Los peritos concluyeron que Jorge González Topete murió por asfixia causada por una estopa bañada en thinner, además, señalaron se le inyecto veneno por medio de una sonda.

La viuda de la víctima señala que la Fiscalía de Guanajuato estableció que no se encontró señales de violencia, pero los peritajes realizados concluyeron que sí presentaba golpes en el rostro.

Además las investigaciones señalan que la puerta del hotel se encontraba cerrada por dentro, pero no indicaron que en la habitación había otra segunda entrada que conectaba con otra habitación, por donde bien pudieron ingresar los presuntos asesinos.

Tras un segundo amparo, el Ministerio Público reabrió la investigación, determinando de nueva cuenta que no existen indicios de homicidio. Pero la familia ganó un tercer amparo para que se tomen en cuenta todas las pruebas periciales. Están confiados que en 10 días un juez ordene a la Fiscalía del estado reabrir el caso nuevamente.

Por su parte la Fiscalía de Guanajuato señala que la investigación está concluida y no se pueden dar mayores detalles.

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