Amenaza fantasma
Por Autor Conocido

Prian y la “amenaza fantasma” de división en Tamaulipas 

El ex presidente del Comité Directivo Estatal del PRI y quien fuera titular del Congreso de Tamaulipas, Ramiro Ramos Salinas, se muestra enfático, determinado y sin dudarlo en armar un debate con los dos personajes cuyo control del Partido Acción Nacional les abre posibilidades de tener fuero, o mejor dicho, buscar un cargo público en la elección del 2024, Francisco e Ismael García Cabeza de Vaca. 

Sus publicaciones, muy claras y directas, son hacia los controvertidos personajes en venir a la entidad a medirse con la población e, incluso, expresar ideas del país que cada uno busca para decidir quiénes son los reales aspirantes al Senado, el puesto de elección popular más codiciado en la entidad para esta ocasión. 

Mientras los texanos-reynosenses, preparados para volver a tomar por asalto el organismo político y arrasar con el Frente Amplio por México en este territorio, cuyo afán es poner a sus amigos y compadres en la boleta sin importar los malos resultados obtenidos de años pasados, perdedores en Reynosa, Matamoros, Nuevo Laredo y Ciudad Madero, se despertó más la incertidumbre en un grupo político condenado a morder el polvo ante Morena. 

Aunque en ese sentir los hermanos minimizan ese reto planteado por Ramiro, una voz natural de un miembro de la coalición con las pretensiones claras, en pocas palabras, un “declarado aspiracionista”, ese desplante de soberbia transmite algo más allá de la inquietud. 

Razones para pelearla 

Se ve y entiende, una lucha del Revolucionario Institucional por el lugar que le corresponde, bajo la premisa de “si no acordamos, la 4T te aplastará en las urnas”. Ya se vio en los números en la votación para gobernador del 2022, el tricolor ayudó en competir en ciertas ciudades y distritos, porque si iban separados era de escándalo el tropiezo de los Vientos de Cambio y el relevo que se impuso, César Verástegui Ostos. 

¿Cuál es el supuesto Cabecista para negar los lugares? El deterioro de la “marca PRI”, cuyas siglas, logotipo, colores y varios liderazgos nacionales sostienen la versión de “destruir el país” en 80 años como gobierno. Esa imagen todavía permea en el electorado, con todo y las caras nuevas, para agregarle otra: “los pocos que sobreviven se irán a Morena, son lo mismo”. 

Si así va la cosa, que no parece mejorar, amenaza un fantasma en el seno del Prian tamaulipeco, el de división. 

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