Esta semana, antes de dejar atrás la spooky season, hablaremos de una película más sobre el género de terror: Beau is Afraid.
Por Miguel Castillo V

Beau Is Afraid

Esta semana, antes de dejar atrás la ‘spooky season’ me pareció apropiado ir con una última reseña del género de terror antes de pasar a los estrenos que hay calendarizados en las siguientes semanas. En esta ocasión volví a recurrir al streaming y aproveché para mirar una de las películas que me había quedado pendiente en la lista de seguimiento, la última película que estrenó Ari Aster y que lleva el título de Beau Is Afraid.

Antes que nada, y como de costumbre, dejó por aquí el tráiler de la película que pueden ver por Amazon Prime. Ahora bien, en cuestión de advertencias, hay tantas que lo resumiré: es una película explícita, con tomas sangrientas y desagradables aunque su enfoque es más que nada en momentos incómodos así que no recomendaría para nada verla con menores y de ser mayores, diría que lo hagan bajo su propio riesgo. Y consideren que dura 3 horas.

Una pesadilla larga y de la que no se puede despertar

Aster se había convertido en uno de mis directores favoritos de los últimos años. Sus grandes obras de terror elevado tales como ‘Hereditary’ y ‘Midsommar’ pusieron muy alta la vara desde muy temprano en su carrera y creo que, en esta ocasión, no alcanzó a llegar a ese estándar que nos había acostumbrado. Es verdad que la película en general tiene una propuesta interesante con esta idea de vivir dentro de una pesadilla larga y de la que no se puede escapar y, más que nada, de convertir los terrores imaginarios en cotidianos.

Durante la primera parte del filme, algunas propuestas se sienten novedosas y muy interesantes, especialmente si lo razonamos desde una perspectiva casi esquizofrénica del mismo Beau. El problema surge mientras va avanzando la película pues, la realidad (¿o la ilusión?) complica una trama que se siente trabada, no realizada y sobre todo sobregirada, especialmente cuando ya rebasamos la primera mitad de la película. Eso sí, destacar por mucho quizás la mejor escena de la película que llega en el ‘teatro’ que encuentra nuestro protagonista en el bosque y que da un respiro a una pesadilla perpetua.

¿Exceso de pesadilla?

La actuación de Phoenix se siente en exceso, que para unas escenas es interesante pero para otras cansa. El guión no creo que termina de fundamentarse, aún con el último acto que parece más una terapia psicoanalítica seguido del purgatorio y la vergüenza. Y la realidad es que, en las 3 horas que se extiende, Aster gira demasiado sobre una misma rueda y deja sin explorar otras que quizás hubieran complementado mejor el filme y le hubieran dado un alivio a quiénes se sintieran cansados de la misma pesadilla sin fin.

Al final, lo que logra muy bien el director es generar esta idea de estar viviendo una pesadilla sobre los peores escenarios que uno se pudiera imaginar. Pero la ilusión es tan real y tan incómoda, que termina por generar una respuesta negativa de la mayoría de la audiencia y con justa razón en mi opinión.

El revelado

Beau Is Afraid es una auténtica pesadilla, de las cuales no hay muchas y de la que uno no puede despertar por cerca de 180 minutos. Pero la ilusión es tan extenuante que pocos espectadores serán capaces de disfrutar el martirio de nuestro protagonista con sus eventuales y muy incómodas complicaciones.

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